La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales.
En la infancia y la juventud, las personas son más activas, sin embargo hay un porcentaje elevado de ellas que no alcanza los niveles adecuados. Los datos de las últimas Encuestas Nacionales de Salud muestran que cerca del 80% de la población no realiza la actividad física aconsejada para mantener la salud.
Ser activo puede ser un estilo de vida. Significa elegir, siempre que se pueda, opciones más activas, y esta manera de vivir se aprende desde la infancia en la familia. Padres y madres podemos contribuir a que nuestros hijos e hijas sean más activos dándoles ejemplo. Nosotros somos un referente básico para ellos, de modo que si incorporamos algo de actividad física en nuestro estilo de vida les estamos trasmitiendo un modelo de vida activo, que es beneficioso tanto para nuestra salud como para la suya.
El requerimiento de energía (R.E.) de un individuo se define como la cantidad de energía que se consume a partir de los alimentos capaz de brindarle un balance con el gasto de energía y que le permite tener un buen estado de salud a largo plazo.
Si el consumo de energía a corto plazo se encuentra por arriba o por debajo del gasto, se espera que se produzca una modificación en las reservas corporales de energía. Si este imbalance se mantiene en el largo plazo, se pueden producir alteraciones en la composición corporal que pueden tener consecuencias negativas en la salud. La cantidad de energía presente en los alimentos usualmente se expresa en kilocalorías (kcal).
Una kilocaloría es la cantidad de calor necesario para aumentar la temperatura de 1 litro de agua en 1ºC, a partir de los 15ºC1.
La unidad internacional para medir energía es el joule (J), siendo que: 1 kcaloría= 4.184 kj
El gasto energético total diario (G.E.T.) de un individuo está determinado por la suma del gasto energético en reposo, la termogénesis y la actividad física.
Gasto energético en reposo (G.E.R.)
Es la cantidad de energía que se gasta para mantener las funciones corporales normales y la homeostasis en condiciones de reposo y de termoneutralidad. Estas funciones corporales incluyen la respiración, circulación, bombeo de iones a través de membranas, consumo del sistema nervioso central y mantenimiento de la temperatura corporal.
Se diferencia de la tasa metabólica basal (T.M.B.) en que esta se mide por la mañana inmediatamente después de despertar y sin haber realizado ninguna actividad física, después de un periodo de al menos 12 horas de ayuno.
Sin embargo, se considera que para efectos clínicos y prácticos lo importante es determinar el G.E.R., pues este es el principal contribuyente del G.E.T. y a su vez este incluye el metabolismo basal.
El G.E.R. está determinado principalmente por la edad, el género y el tamaño corporal determinado según el peso y la talla1, y es el componente individual más importante del G.E.T. de un individuo, con excepción de aquellos casos en los que el nivel de actividad física sea alto, por ejemplo en atletas de alto rendimiento.
El G.E.R. es el principal predictor del G.E.T. y se puede determinar por métodos directos e indirectos:
Método directo: medición por calorimetría indirecta
Método indirecto: estimación por fórmulas matemáticas de predicción
Los trastornos alimenticios implican más que simplemente hacer dieta para perder peso o intentar hacer ejercicio físico todos los días. Se trata de comportamientos alimenticios extremos: por ejemplo, dietas que nunca terminan y que, gradualmente, se vuelven más estrictas. O personas que no pueden salir con amigos porque creen que es más importante salir a correr para contrarrestar la ingesta de un dulce.
Los dos tipos más comunes de trastornos alimenticios son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa (más conocidas simplemente como “anorexia” y “bulimia“). Pero actualmente, se están detectando otros trastornos relacionados con la alimentación que no solían ser tan comunes, como el trastorno por atracón, los trastornos relacionados con la imagen corporal o las fobias a determinados alimentos.
Anorexia La gente que sufre de anorexia tiene mucho miedo de engordar y tiene una imagen distorsionada de las dimensiones y la forma de su cuerpo. Por eso es que no pueden mantener un peso corporal normal. Algunas personas anoréxicas restringen su ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno o ejercicio físico excesivo. Apenas comen y lo poco que ingieren se convierte en una obsesión.
Otras personas que padecen anorexia recurren a los atracones y las purgas: comen grandes cantidades de alimentos y tratan de deshacerse de las calorías obligándose a vomitar, utilizando laxantes o haciendo ejercicios físicos en exceso.
Bulimia La bulimia es similar a la anorexia ya que la persona que la padece se da grandes atracones de comida y después trata de compensarlo con medidas drásticas, como el vómito forzado o el ejercicio físico excesivo, para evitar subir de peso. Con el tiempo, estas medidas pueden resultar peligrosas.
El diagnóstico de bulimia se da cuando una persona se atraca y se purga de manera regular, al menos dos veces por semana, durante un par de meses. Estos atracones no son los que pueden darse en una fiesta, cuando comes cantidades excesivas de pizza y al día siguiente decides ir al gimnasio y comer más sano. Las personas bulímicas comen grandes cantidades de comida (con frecuencia comida chatarra) de golpe y suelen hacerlo a escondidas. La persona suele sentirse incapaz de dejar de comer y sólo logra detenerse cuando está demasiado llena para continuar comiendo. La mayoría de las personas que padecen bulimia después recurren a los vómitos, los laxantes o el ejercicio físico excesivo.
Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas anoréxicas suelen ser muy flacas y con peso inferior al normal, pero las que sufren de bulimia pueden tener un peso normal o estar un poco excedidas en peso.
Trastorno por atracón compulsivo El trastorno por atracón es un trastorno alimenticio similar a la anorexia y la bulimia porque la persona se da atracones regulares (más de tres veces por semana). Pero, a diferencia de los otros trastornos alimenticios, las personas con este trastorno no intentan “compensar” el exceso con purgas.
La anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón implican patrones de alimentación no saludables que comienzan de manera gradual y llegan al punto en que la persona no logra controlarlos. Anorexia y bulimia: señales de advertencia En algunos casos, las personas con anorexia o bulimia comienzan simplemente a intentar perder algo de peso con la esperanza de ponerse en forma. Pero la necesidad de comer menos o de eliminar los alimentos se potencia y se sale de control.
Quienes padecen anorexia o bulimia suelen temer verse gordos o creen que son gordos cuando, en realidad, no lo son. Es posible que una persona anoréxica pese los alimentos antes de comer o que cuente las calorías de todos los alimentos de manera compulsiva. Si restringir la ingesta de alimentos hasta llegar a un nivel no saludable parece “normal”, es probable que la persona tenga un problema.
Anorexia
se vuelve muy flaca, débil o escuálida;
se obsesiona con los alimentos, la alimentación y el control del peso;
se pesa de manera reiterada;
controla las porciones de alimentos cuidadosamente;
sólo come determinados alimentos, evita los lácteos, la carne, el trigo, etc. (obviamente, muchas personas alérgicas a determinados alimentos o los vegetarianos evitan algunos alimentos);
hace ejercicio de manera excesiva;
se siente gorda;
se aísla socialmente, en especial, evita las reuniones o celebraciones en las que hay alimentos; y
quizás esté deprimida, letárgica (sin energías) y sienta mucho frío.
Bulimia
teme aumentar de peso;
está muy insatisfecha con su cuerpo y su peso;
inventa excusas para ir al baño inmediatamente después de terminar la comida;
quizás sólo coma alimentos dietéticos o con bajo contenido de grasa (excepto cuando se da un atracón);
compra regularmente laxantes, diuréticos o enemas;
pasa la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio o intentando quemar calorías; y
se aísla socialmente , en especial, evita las reuniones o celebraciones en las que hay alimentos.
¿Cuáles son las causas de los trastornos de la alimentación? Nadie está totalmente seguro sobre las causas de los trastornos de la alimentación; sin embargo, existen varias teorías sobre por qué la gente desarrolla estas patologías. La mayoría de la gente que desarrolla un trastorno alimenticio tiene entre 13 y 17 años. Éste es un período de cambios físicos y emocionales, de presiones académicas y de mayor presión por parte de los padres. Si bien durante la adolescencia se tiene un mayor sentido de la independencia, es probable que los adolescentes sientan que no son capaces de controlar su libertad y, en algunos casos, sus cuerpos. Esto ocurre, en especial, durante la pubertad.
En el caso de las mujeres, aunque es completamente normal (y necesario) aumentar un poco de peso durante la pubertad, algunas reaccionan al cambio con mucho miedo de su nuevo. Algunas jóvenes pueden sentirse obligadas a bajar de peso sin importar cómo.
Los efectos de los trastornos de la alimentación Los trastornos de la alimentación son una enfermedad médica grave. Suelen estar acompañados de estrés, ansiedad, depresión y consumo de drogas. Las personas que padecen trastornos de la alimentación también pueden tener problemas físicos graves, como afecciones coronarias o insuficiencia renal. Las personas cuyo peso es, por lo menos, un 15% menor que el estándar normal correspondiente a su altura, seguramente no cuenten con la grasa corporal suficiente para mantener sus órganos y otras partes del cuerpo sanos. En los casos más graves, los trastornos alimenticios pueden provocar desnutrición grave o, incluso, la muerte.
En el caso de la anorexia, el cuerpo funciona como si se estuviera muriendo de hambre y la falta de alimentos puede afectar al organismo de muchas maneras:
caída de la presión, las pulsaciones y el ritmo de la respiración;
pérdida de cabello y rotura de las uñas;
ausencia de menstruación;
crecimiento de lanugo (pelo suave que crece sobre la piel);
mareos e imposibilidad de concentrarse;
anemia;
inflamación en las articulaciones; y
fragilidad ósea.
Los vómitos constantes y la falta de nutrientes característicos de la bulimia pueden provocar los siguientes problemas:
dolor estomacal constante;
daño en el estómago y los riñones;
erosión del esmalte dental (debido a la exposición a los ácidos del estómago);
agrandamiento de las glándulas salivales de las mejillas debido a los vómitos frecuentes;
ausencia de menstruación; y
pérdida de potasio (esto puede desencadenar problemas cardíacos e incluso la muerte).
Las personas con el trastorno por atracones que aumentan mucho de peso tienen mayor riesgo de padecer diabetes, afecciones coronarias y algunas enfermedades relacionadas con el sobrepeso.
vídeo para verdaderamente tomar conciencia sobre bulimia y anorexia
Aunque alimentación y nutrición se utilizan frecuentemente como sinónimos son en realidad términos diferentes, ya que:
La nutrición hace referencia a los nutrientes que componen los alimentos y comprende un conjunto de fenómenos involuntarios que suceden tras la ingesta de los alimentos, es decir: la digestión, la absorción o paso a la sangre desde el tubo digestivo de sus componentes o nutrientes, y su asimilación en las células del organismo. Los nutricionistas son profesionales de la salud que se especializan en esta área de estudio, y están entrenados para el tratamiento nutricional de enfermedades o la adecuación de la alimentación a diversas situaciones fisiológicas.
Por eso, al tratarse la nutrición de un acto orgánico involuntario, es incorrecto hablar de una buena o mala nutrición, cuando se habla de una ingesta adecuada o inadecuada de alimentos. El término correcto sería, una buena o mala alimentación.
La alimentación comprende un conjunto de actos voluntarios y conscientes que van dirigidos a la elección, preparación e ingesta de los alimentos, fenómenos muy relacionados con el medio sociocultural y económico (medio ambiente) y determinan, al menos en gran parte, los hábitos dietéticos y estilos de vida.
Los términos dieta y dietética también son confundidos frecuentemente y tampoco son lo mismo:
La dieta son los hábitos alimenticios de un individuo, esta no tiene por qué estar enfocada al tratamiento de ninguna patología, como la obesidad o ni siquiera a la reducción de peso. Simplemente es lo que come el individuo. Por lo tanto todas las personas llevan a cabo una dieta. La dieta se puede modificar para conseguir diversos objetivos, como por ejemplo el tratamiento de enfermedades como la obesidad, que caso más común en que se utiliza la expresión «estar a dieta», aunque no el único.
La dietética es la ciencia que utiliza los conocimientos de la nutrición para proporcionar una alimentación saludable que se adecue al individuo y a las diversas situaciones de su vida, como embarazo, lactancia y ejercicio físico, previniendo así posibles patologías y mejorando su calidad de vida y su rendimiento.
La nutrición es principalmente el aprovechamiento de los nutrientes, manteniendo el equilibrio hemostático del organismo a nivel molecular y macrosistémico.
La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de sus funciones vitales. La nutrición también es el estudio de la relación que existe entre los alimentos y la salud, especialmente en la determinación de una dieta.
Los procesos macrosistémicos están relacionados a la absorción, digestión, metabolismo y eliminación. Los procesos moleculares o microsistémicos están relacionados al equilibrio de elementos como enzimas, vitaminas, minerales,aminoácidos, glucosa, transportadores químicos, mediadores bioquímicos, hormonas, etc.
Como ciencia, la nutrición estudia todos los procesos bioquímicos y fisiológicos que suceden en el organismo para la asimilación del alimento y su transformación en energía y diversas sustancias. Lo que también implica el estudio sobre el efecto de los nutrientes sobre la salud y enfermedad de las personas.
Alimentación es la ingestión de alimento por parte de los organismos para proveerse de sus necesidades alimenticias, fundamentalmente para conseguir energía y desarrollarse. No se debe confundir alimentación con nutrición, ya que esta última se da a nivel celular y la primera es la acción de ingerir un alimento. La nutrición puede ser autótrofa o heterótrofa.
LA ALIMENTACIÓN COMO PARTE DE LA NUTRICIÓN (VÍDEO)
-Aproximadamente el 85% de las mujeres sexualmente activas que no usan ningún tipo de anticonceptivo quedan embarazadas. Una mujer puede quedar embarazada mientras está dando de mamar, después de 10 días luego de dar a luz y aún durante su menstruación. Retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación y/o la abstinencia no previene el embarazo o la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Los modos de prevenir un embarazo no deseado son:
Abstinencia total
El uso de anticonceptivos
Métodos anticonceptivos:
Ningún método anticonceptivo es 100% seguro El preservativo de látex usado por los hombres es el único anticonceptivo considerado sumamente efectivo para reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual (ETS) Las píldoras anticonceptivas, los implantes hormonales y el DIU (dispositivo intrauterino) no protegen contra las enfermedades de transmisión sexual.
Desde el aspecto médico, quedar embarazada durante la adolescencia trae serias consecuencias:
- Un problema que se presenta en este tipo de embarazos es la falta de atención médica desde el inicio del embarazo, debido a que generalmente las chicas no avisan pronto a sus padres, tardan en decirles de su situación de 4 a 5 meses, los cuales pasan sin revisión alguna.
- Las mujeres de 16 años o menos corren el riesgo de preeclampsia y eclampsia.
- El bajo peso al nacer de los lactantes hijos de adolescentes aumenta y probablemente se debe a causas orgánicas tales como anomalías placentarias, nutrición deficiente, tabaquismo y consumo de drogas.
- La mortalidad materna en ésta etapa, incluso en numerosas naciones en vías de desarrollo figura dentro de las causas más frecuentes de muerte en las adolescentes, la mayoría se deben a embolia, enfermedad hipertensiva, embarazos ectópicos
- Algunas chicas optan por el aborto a veces clandestino que pone su vida en peligro debido a sepsis y hemorragias presentadas durante el proceso.
Aspecto psicosocial
-Algunas jóvenes madres optan por la adopción que les crea una gran culpa y arrepentimiento, sobre todo en etapas más maduras de su vida.
- Hay quienes deciden tener soltera al hijo, enfrentándose a grandes carencias y dificultades. Su proyecto de vida se ve frenado, sufren agresiones por parte de su familia y del entorno y tienen menos oportunidades de conseguir un empleo (cuando lo obtienen es mal remunerado), sin olvidar que deben educar a su hijo en medio de un ambiente desfavorable.
- Otras jóvenes madres deciden ( si es que la pareja responde) casarse. Sin embargo existen altas probabilidades de que su matrimonio no resulte porque los chicos se enfrentan a un evento inesperado, sorpresivo; no son capaces en esos momentos de llevar una vida de pareja independiente económicamente, no están lo suficientemente maduros para que su relación perdure, ni están preparados para recibir un hijo y mucho menos cuidarlo.
Se observa en la imagen unas amigas, una consolando a la otra luego de hacerse un test de embarazo, el mismo dio Positivo, se evidencia el embarazo adolescente.
La vida en pareja está inmersa en una gran constelación de aspectos de orden psíquico, social, físico, étnico, de creencias y costumbres, entre otros. En esta vivencia se expresa la sexualidad de la persona desde lo erótico con el placer sensual que se adquiere, en parte, por medio de un proceso de aprendizaje, en ocasiones por ensayo y error, y en otras por acción voluntaria de entender el funcionamiento de nuestro cuerpo. Pero es posible que el lleno de este aprendizaje, cualquiera que sea la forma de hacerlo, se adquiera de manera confusa y trastornada, con distorsiones en su manera de entenderlo y vivirlo. Quizá esto sea fruto de una enseñanza deficientemente direccionada sobre la vida sexual desde la familia o la educación inicial. Cuán difícil y complejo es, aún en estos tiempos, poder comentar la verdad a quienes son menores. Mirado así, nuestra capacidad para pensar y sentir sobre lo sexual podría expresarse de manera incorrecta y precisamente así ocurre
Cuando la persona ha construido esta manera de pensar, la actitud y disposición para lo sexual puede creerse que está al arbitrio de su querer, cuando así lo desee y como lo desee y si surge cualquier oposición, en ocasiones por mínima que sea, se vive una respuesta de inconformismo manifiesto por parte de quien así piensa y siente, que fácilmente termina con acciones agresivas de maltrato físico y en ocasiones también sexual. Este maltrato, que aunque no se creyera, hoy en día se ve y en muchas parejas infortunadamente se vivencia, causando gran descontento, dolor afectivo y frustración en la vida de convivencia. Las estadísticas acusan mayor frecuencia de este tipo de comportamientos al sexo masculino y este ultraje se mantiene oculto por temor a represalias más enérgicas. No se busca una ayuda terapéutica porque se considera que se puede manejar la situación, pero esto no ocurre ya que el maltratador no está dispuesto a hacerlo y, además, es un trastorno distorsionado de su forma de pensar y actuar, y él se lo cree como bueno.
La OMS define como adolescencia al "período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio – económica" y fija sus límites entre los 10 y 20 años. Es considerada como un periodo de la vida libre de problemas de salud pero, desde el punto de vista de los cuidados de la salud reproductiva, el adolescente es, en muchos aspectos, un caso especial En muchos países, los adolescentes llegan a representar del 20 al 25% de su población. En 1980 en el mundo habían 856 millones de adolescentes y se estima que en el 2000 llegarán a 1,1 millones. La actividad sexual de los adolescentes va en aumento en todo el mundo, incrementando la incidencia de partos en mujeres menores de 20 años. Por los matices según las diferentes edades, a la adolescencia se la puede dividir en tres etapas: 1. – Adolescencia Temprana (10 a 13 años) Biológicamente, es el periodo peripuberal, con grandes cambios corporales y funcionales como la menarca. Psicológicamente el adolescente comienza a perder interés por los padres e inicia amistades básicamente con individuos del mismo sexo. Intelectualmente aumentan sus habilidades cognitivas y sus fantasías; no controla sus impulsos y se plantea metas vocacionales irreales. Personalmente se preocupa mucho por sus cambios corporales con grandes incertidumbres por su apariencia física. 2. – Adolescencia media (14 a 16 años) Es la adolescencia propiamente dicha; cuando ha completado prácticamente su crecimiento y desarrollo somático. Psicológica mente es el período de máxima relación con sus pares, compartiendo valores propios y conflictos con sus padres. Para muchos, es la edad promedio de inicio de experiencia y actividad sexual; se sienten invulnerables y asumen conductas omnipotentes casi siempre generadoras de riesgo. Muy preocupados por apariencia física, pretenden poseer un cuerpo más atractivo y se manifiestan fascinados con la moda. 3. – Adolescencia tardía (17 a 19 años) Casi no se presentan cambios físicos y aceptan su imagen corporal; se acercan nuevamente a sus padres y sus valores presentan una perspectiva más adulta; adquieren mayor importancia las relaciones íntimas y el grupo de pares va perdiendo jerarquía; desarrollan su propio sistema de valores con metas vocacionales reales.
Hay varios métodos. Todos son seguros y efectivos.Es la pareja la que puede decidir mejor que nadie–en un clima de diálogo y cuidado mutuo- cuál es el método más adecuado. Una buena comunicación ayuda, además, a tomar decisiones con más seguridad, permitiendo un mayor disfrute sexual. Además, conviene consultar con el médico que podrá aclarar posibles dudas y ayudar a terminar de decidir el método más adecuado según el caso de cada pareja en particular. Preservativo Pastillas anticonceptivas Dispositivo intrauterino (DIU) Inyecciones Pastillas anticonceptivas para la lactancia Implante hormonal Sólo el preservativo previene las infecciones de transmisión sexual (ITS), por eso se recomienda usar doble protección. Se habla de doble protección cuando en cada relación sexual se usan dos métodos anticonceptivos. El preservativo junto con otro método.
Una relación sexual es un encuentro íntimo, físico y emocional entre dos personas. En ese encuentro, las personas unen sus cuerpos de una manera especial y expresan sus sentimientos y emociones. Las relaciones sexuales constituyen un aspecto muy importante de la vida y de la sexualidad de las personas. El comienzo de las relaciones sexuales debe ser una decisión completamente personal y libre. Cuando la iniciación sexual se da en un marco de afecto, cuidado y atracción, es más probable que sea más placentera y con mayor sensación de seguridad. Un inicio sexual precipitado, cuando existen dudas o no se tiene la preparación adecuada, puede ser contraproducente. Es un derecho de cada persona decidir cuándo quiere iniciar sus relaciones sexuales. Es importante no hacer caso a presiones que a veces pueden venir de la pareja o de los amigos y amigas. Como todas las personas somos diferentes, es bueno y positivo que le comuniquemos a nuestra pareja lo que nos gusta y lo que no cuando se va a tener relaciones sexuales.
La adolescencia es una etapa de crecimiento físico y emocional que plantea nuevos temas vinculados al cuidado de la salud.
Muchas personas creen que “la sexualidad” es sinónimo de relaciones sexuales o se refiere sólo a los genitales. Sin embargo, se trata de un concepto mucho más amplio.
La sexualidad es un proceso dinámico y complejo que comienza cuando nacemos, se manifiesta de distintas maneras a lo largo de nuestra vida e involucra también nuestros sentimientos, emociones y el proceso de conformación de nuestra identidad. La sexualidad tiene que ver con la forma de vestirse, de moverse, de expresarse y de relacionarse con los demás.
El desarrollo sexual se evidencia en el plano emocional y en el plano físico.-
En lo emocional:
Por la aparición de nuevos intereses, como ir a bailar, hacer deporte, o pasar más tiempo con amigos. Pero también en la aparición de nuevos sentimientos y sensaciones físicas, tales como los primeros enamoramientos, ilusiones y desilusiones.
En lo físico:
Por el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (vello púbico, voz más grave en varones y desarrollo de mamas y ensanchamiento de caderas en mujeres, entre otros). Se acentúan las diferencias físicas entre los varones y las mujeres . Además, los genitales y otras partes del cuerpo aparecen, más que antes, como fuente importante de sensaciones placenteras.
La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida cotidiana. Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad, entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.